Está claro que poner de acuerdo a una decena de personas para hacer algo en común no es tarea fácil... Cada uno tiene sus propios intereses, sus propias manías y su manera de hacer las cosas y lo curioso es que por muy bien que te lleves o por mucho tiempo que llevéis juntos nadie es capaz de ceder sus intereses para el objetivo común, aunque todos (o casi todos) lo queramos. Todos queremos lo mismo, pero cada uno a su manera, sin pensar en cómo quiere conseguirlo el otro. Pero, como en todo, hay gente que no se sujeta a esa regla: los gilipollas. El gilipollas es una clase especial de persona que cree que pensando en lo que favorece a los demás los demás pensaran en lo que puede favorecerle a él pero no puede estar más equivocado. No se da cuenta de que acaba haciendo lo que quiere otro, pero aún así eso le hace feliz... Es extraño ¿no?
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3 comentarios:
Yo no le llamaría gilipollas.
ya he leído todos tus blogs nuevos... a ver si escribimos alguno nuevo eh? 1 beso.
se llaman posts no blogs -.-'
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