Lenguaje universal

Desde hace miles de años, el hombre ha querido poner orden a todo, dando a cada fenómeno su explicación, dando nombre a cada ser. Este proceso se inició con la aparición del lenguaje, el ser humano estableció una o unas pocas palabras para poder reconocer cada concepto. Esto no quedó aquí, ni mucho menos, fuimos capaces de reducir el todo de una persona bajo una palabra que simbolice su ser, el nombre. Y es que el simbolismo es una de las partes más importantes de la humanidad. Un símbolo permite explicar un concepto instantáneamente, sin necesidad de deducción alguna.

Desde el triunfo del racionalismo hasta nuestros días, el uso de los símbolos ha evolucionado de tal forma que una simple señal de tráfico en cualquier parte del mundo puede ser reconocida por todos. Somos capaces de mostrar sentimientos, emociones, con nuestra mirada; capaces de ofender con nuestras manos; y, mediante el lenguaje, somos capaces de transmitir nuestros pensamientos.

En la actualidad, en la época de la informática, el mayor valor simbólico se lo llevan los números. Para el Estado eres un número de DNI; para la Dirección General de Tráfico, un número de matrícula; para los profesores, un número de lista; para mí, un número de visitante. ¿Entiendes ahora por qué quiero estudiar matemáticas? ¿No te das cuenta de que tú no eres persona en esta sociedad, sólo un conjunto de números? Parece ser que el hombre es genial, es capaz de reducir a una persona, con sus sentimientos, intereses, personalidad, gustos... a un simple número. ¿No te parece genial? Propongo que en un futuro no existan los nombres y que nos inserten un código de barras a cada uno en el que se lea una brillante inscripción:
"Bienvenido a la sociedad capitalista, amigo"