Casi sin darnos cuenta nos hemos hecho mayores, algunos ya casi se podrían considerar adultos. Otros, sin embargo, aún estamos en la adolescencia tardía... y no queremos salir de allí. Y es que se está tan agustito viviendo la vida que ni te das cuenta de que ahora el mundo espera de ti que te comportes de una vez... Y qué remedio que hacerlo!
Por suerte siempre he tenido un recóndito lugar donde guardar cada recuerdo, cada detalle de un día cualquiera, para, cuando crezca, no olvidarlo nunca y volver a sentirme igual. Ese pequeño lugar es el cajón de los recuerdos - mi madre lo llama cajón de mierda, que en el fondo es lo que es, mierda sí, pero mierda con valor emotivo. Y bueno, digamos que de vez en cuando le echo una ojeada y me río del pasado, al mismo tiempo que añoro volver allí y revivirlo otra vez.
Para que veáis que no me lo invento he decidido hacer un pequeño vídeo recopilación de todas esas pequeñas mierdas que me hacen recordar. Supongo que si me conocéis en persona muchas cosas os sonarán.
Sí, la música va como le sale de los güebos...
