Anónimos

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Hace mucho, mucho tiempo, vivía una princesita atrapada en lo más alto de la más alta torre. Sola y desesperada, pasaba las tardes sentada en la ventana esperando ser rescatada por un apuesto, o no tan apuesto príncipe. El físico ya no le importa, tan sólo quiere no morir sola. Sólo busca alguien que sepa quererla.

Unos cuantos siglos atrás, en una granja no muy cercana dos cerdos adolescentes juegan a revolcarse juntos en el lodo, a creer no poder vivir el uno sin el otro, a pensar que si eso se acaba no habrá más por lo que luchar. Animales de bellota, hay mucha más vida lejos de aquí.

Un poquito más al norte, concretamente a unos 2700 kilómetros, un pequeño esquimal ha perdido su abrigo. Solo y con la nariz congelada imagina su vida si no hubiera cometido ese estúpido error. Seis meses de invierno hacen sentir culpable a cualquiera, es cierto, pero quejarse no le cambia la vida a nadie.

Mucho más cerca de aquí, en el país del amor y del queso, una joven artista holandesa ha decidido cambiar drásticamente su vida. Es posible que pierda mucho más de lo que creía poder soportar. Quién lo iba a decir, somos más fuertes de lo que parece. El que no arriesga no gana.

No muy lejos, una prometedora empresaria se frustra con la verdad que le acecha. Ella lo sabe pero no siempre es fácil aceptar que no necesitas lo que más quieres. Estar sólo da miedo, es cierto. Y es tan sencillo engañarse...

A millones de años luz, en una lejana galaxia, un extraterrestre busca al resto de su especie. ¿Es posible que ya no quede nadie más como él? ¿Qué ha sido de los que creían en algo más que lo puramente físico? ¿Dónde están los que prefieren seguir luchando a ganar?

Muchas historias.
Muchos consejos.
Muchas formas de ver las cosas.
Ningún nombre.

Todos tenemos algo que contar, pero son las historias anónimas las que nos ayudan a darnos cuenta de que las cosas son mucho más simples en realidad.

Porque no todo es tan bonito ni tan feo como lo pintan.
La realidad es siempre mucho más aburrida que la ficción.
Pero también es siempre mucho más real.