Cinco segundos

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Y muere a todas horas gente dentro de mi televisor,
quiero oír alguna canción
que no hable de sandeces y que diga que no sobra el amor,
y que empiece en si no en no.

Y dejar de lado la vereda de la puerta de atrás
por donde te vi marchar,
como una regadera que la hierba hace que vuelva a brotar
y ahora todo es campo ya...
¿Por qué colores? ¿Por qué dos ojos? ¿Por qué gravedad? ¿Por qué todo?
Sí, podemos explicar muchas cosas pero aún nos falta saber la más importante.
¿Por qué?
Tanta molestia, ínfimos detalle que comprenden una armonía, un todo que se complementa. Nada se repite, sólo se parece. Como nosotros. Iguales, cómplices.
Y hacen falta cinco segundos para estropearlo todo.

Segundo movimiento: Lo de fuera

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Se acabó,
el odio me royó la razón,
con mi época estoy comprometido.
Y el amor se fue volando por el balcón,
adonde no tuviera enemigos.

Y ahora estoy en guerra contra mi alrededor.
No me hace falta ningún motivo;
y es que soy maestro de la contradicción
y experto de romper lo prohibido.

Y por eso los chiquillos ya se acercan a mí,
que intento ser feliz.
Y desde entonces de esta cárcel no me dejan salir,
ni tengo adónde huir.
Voy a hacer un butrón,
que saque la cabeza fuera.

Sigo preso,
pero ahora el viento corre alrededor.
Por mis pecados, sigo preso.
Carne y hueso.
Se muere de hambre el mundo alrededor,
Tú y yo, total, de carne y hueso.

Por dinero, los maderos, ¡ay!, van detrás de mí,
que intento ser feliz.
Y abocado, a los tejados, me he mudado a vivir,
por desobedecer,
por ver al Sol salir,
por sacar la cabeza fuera.

Sigo preso,
pero ahora el viento corre alrededor.
Por mis pecados, sigo preso.
Carne y hueso.
Si muere de hambre el mundo alrededor,
Tú y yo, total, de carne y hueso

Necesito saber.
Dime tu nombre,
de dónde sale el Sol
y de qué se esconde.

Si miro alrededor, no puedo comprender, me da pereza.
Si hay algún escalón pa' dar un tropezón, voy de cabeza.
Tú y yo en la habitación para que vuelva Amor; naturaleza.
Hay un televisor en medio del salón. No me interesa.

Vente a la sombra, amor, que yo te espero;
que tengo el corazón aquí con bien de hielo.
Vente a la sombra, vente, amor, que yo te espero;
que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo.

Se me cae la casa desde que se marchó.
Y ahora ya solo espero el derribo,
y es que perdí la pista del eje del salón,
Y estoy continuamente torcido.

Y ahora sólo pienso en ella
y no encuentro razones
cuando su recuerdo se me clava entre las cejas,
sueño con melones encima de la mesa.

Buscando mi destino,
viviendo en diferido
sin ser, ni oír, ni dar.
Y a cobro revertido
quisiera hablar contigo,
y así sintonizar.

Sueño que empieza otra canción;
vivo en el eco de su voz, entretenido.
Sigo la estela de su olor,
que me susurra: vámonos, vente conmigo.
Hay un desierto, hay un vergel
lleno de flores de papel.
Pensaba
que sería frío el amanecer.
Te equivocabas otra vez:
Quemaba.

Llegó el verano y asoló la primavera,
Y el sol asfixia en tu jardín,
Y se le caen los pajaritos a la higuera,
Que ya no cantan para mí.

Abrí los ojos para ver;
con el destino me encontré
de cara.

Lo tengo todo a medio hacer.
Me preguntaba si tal vez...
mañana.

Necesito saber.
Dime tu nombre,
de donde sale el Sol.
Y de qué se esconde.

Vente a la sombra, amor, que yo te espero;
que tengo el corazón aquí con bien de hielo.
Vente a la sombra, vente, amor, que yo te espero;
que tengo ya el cerezo al flor dentro del cuerpo.

Si miro alrededor, no puedo comprender, me da pereza.
Si hay algún escalón pa' dar un tropezón, voy de cabeza
Tú y yo en la habitación, para que vuelva Amor: chorros de lefa.
La buena educación de la televisión no me interesa.

Space Invaders!

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Se ha montado un pifostio con los agujeros negros micróscopicos que se van a comer la Tierra. No se cómo la gente ve creíble que un científico serio contruya una máquina de 27 kilómetros sin pensar en lo que pueda pasar. Y no, no es normal volverse paranoico con que la Tierra deje de existir, hay más probabilidades de ser atropellado y nadie se lleva las manos a la cabeza cuando alguien cruza como le da la gana.

No es miedo. No es natural temer lo improbable. Normalmente el hombre teme lo desconocido, aquello para lo que no se cree preparado. Equivocarse es sano, pero necesita valor para fracasare y aceptar el cambio. Es imposible saber todo, por mucho que creemos un Big Bang en miniatura. Quizá pueda ser agobiante aceptarlo y por eso tememos aquello que no conocemos.

Y es que los agujeros negros representan la mayoría de nuestros temores: la muerte, la oscuridad, la soledad... Pero existe un miedo más poderoso: miedo a comprometerse. Quizá porque sea el cambio más brusco que se puede experimentar. Quizá porque nos asusta atarnos o no dar la talla.

Hay que fallar y equivocarse para aprender a aceptar que no todo es como nos gustaría. No todo lo que hacemos debemos hacerlo ni todo lo que queremos podemos hacerlo.

La vida es dura, un ahora sí ahora no constante. El mundo no siempre es amable. En ocasiones aparecen pequeños invasores a los que tenemos que enfrentarnos para salir adelante. Cada vez se hace más complicado y es entonces cuando nos damos cuenta de que en compañía de alguien se hace más llevadero.

Aunque todo acabe en GAME OVER siempre podemos alcanzar las mejores puntuaciones.

Entre musas y demonios

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Y si fuera mi vida una escalera,
me la he pasado entera
buscando el siguiente escalón.
Convencido que estás en el tejado
esperando a ver si llego yo.
Bien y mal. Blanco y negro. Coca-Cola y Pepsi.
Al mundo está lleno de opuestos que nos obligan a tomar decisiones constantemente.

Yo, acostumbrado a vivir sin pensar, no me he dado cuenta de que decidir no es más que rechazar millones de caminos entre los cuales pudo estar el correcto.
Ahora, consciente de lo que me juego dudo entre cruce y cruce, esperando que al final del camino estés tú.

Puede que a pesar del camino tu meta siempre sea la misma. Sentenciados a un fatal destino, la vida puede que no sea más que un juego entre ángeles y demonios. Entre opuestos que nos hacen creer que decidimos nuestros pasos cuando en realidad es inevitable. Condenados a sufrir o a disfrutar.
Alea jacta est.

Un sabio dijo que la virtud se encuentra en el punto medio de dos opuestos. Entre musas y demonios tengo que encontrar el punto medio.
Tengo que buscar una musa, pero no una cualquiera.
Tiene que ser especial, diferente.
Tiene que ser mala.