Sólo nosotros

En la segunda parte concluimos que todo final implica un nuevo comienzo de una nueva fase que, a su vez, tendrá un nuevo final. Parece que el universo se divide en multitud de secciones temporales (tal y como entendemos el tiempo los seres humanos) interconectadas, de tal forma que el final de una etapa no lo sea como tal, sino el principio de la siguiente. Si consideramos esta forma de ver el mundo se puede afirmar que existen ciertos puntos temporales donde acaba una etapa y comienza una nueva.

Suponiendo esto nos surgen las primeras dudas, ¿cuál es la duración de cada una de estas etapas o partes? ¿es fija esta duración? Es difícil decirlo. Sabemos que una etapa acaba (o comienza) cuando algo que no es empieza a ser o cuando algo que es deja de ser, por lo tanto debemos aceptar el mundo como algo cambiante en el que las cosas son y dejan de ser continuamente.

Si cada vez que algo cambia surge una nueva etapa definida por ese cambio podemos afirmar que la duración de una etapa no puede ser fija ya que las cosas que son no siempre existen el mismo tiempo. Además podríamos intuir que la duración de cada etapa debe ser ínfima puesto que el ritmo de cambio del universo es realmente grande, del orden del segundo elevado a menos miles de millones.

Ya sabemos lo que son las etapas y que su final coincide con el comienzo de la siguiente. De esta forma podemos decir que el concepto de final no existe, puesto que siempre lleva un comienzo a continuación. El mundo se fragmenta temporalmente en principios de etapas que determinan el final de la anterior. La verdadera duda que surge ahora es acerca del primer y último principio. ¿Es eso posible?

Un primer principio es aquel que ocurre cuando nada es y tras él todo es. ¿Un Big Bang? No creo... si algo provocó la explosión, es decir, si hubo una causa de la misma, habrían habido algo en el universo y por lo tanto un principio anterior. Puede que ese sí sea el primer principio, lo que causó la causa del Big Bang pero, como tampoco sabemos nada con certeza acerca de la explosión no se puede determinar nada. Los creyentes pensarán que ese principio es Dios. Yo, sin embargo, creo que el planteamiento es totalmente erróneo.

Si todo el universo se fragmenta en principios deducimos que no debe haber final, puesto que eso implicaría un nuevo principio y el universo jamás acabaría. Quizá todo sea un error de planteamiento humano. Como ya había dicho antes, el ser humano tiende a creer que existe un principio y un final pero, ¿y si no es así?

Es imposible determinar el final puesto que conllevaría una nueva etapa y, por métodos racionales, es imposible determinar el origen de todo, por mucho que los creyentes legitimen la existencia de Dios en la necesidad de un principio. ¿Y si nada es como creemos? ¿Y si nuestro principal error es creer en un principio y en un final?

Parece una cuestión difícil, superior a la mente humana, pero para mí es un caso realmente sencillo. Tenemos una cuerda con dos extremos que no llevan a ninguna parte. ¿Y si los atamos? ¿Y si el último final no es más que el que lleva al primer principio? Realmente es lógico y armónico. ¿Y si en realidad nada acaba ni empieza sino que todo da vueltas?

Todo ha existido desde siempre, siendo y dejando de ser, sin un principio ni un final. Dando vueltas sobre las mismas etapas. No hay cielo, no hay infierno, sólo nosotros y nuestros cuerpos.

Fin (de la cuarta parte)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pollo tio... a ti lo q te hace falta es... no sé... estás muy mal... a ver si kdams o algo y me cuentas cuándo se te ha ido tanto la cabaza ehhh... ala un besito

EternalPhoenix dijo...

Cuando kieras... yo toy aburrido en Madrid asin ke ya sabes mi numero.