No blog, no party

La inteligencia del planeta es constante, y la población sigue aumentando.

Arthur Charles Clarke

A veces llega un momento en el que te das cuenta de que no tienes ni puta idea de qué escribir en el blog. No es por falta de inspiración no por necesidad de nuevas anécdotas. Podría contar el retorno de Cercedilla a Madrid de ayer o mi ajetreada vida del último mes, podría cagarme en los exámenes o concretamente en química, en Pilar del Moco y la madre que la parió. Pero no, no me apetece, la verdad es que contar a cuatro gatos algo que ya saben no sirve de nada, salvo para retrasar aún más tener que releerme el libro de biología.

Y es que la fiebre del blog ha llegado hasta tal punto que ya no se sabe que decir, se habla por hablar y se comenta por quedar bien con el escritor. De vez en cuando te encuentras con algo gracioso y/u original, algo que te dice que al menos un post merece la pena. Supongo que como todo; cuanta más gente, más se corrompe, más se pierden las formas y menos importa todo. Parece ser que tener algo que decir está de moda, aunque luego realmente no digas nada, divagues sin encontrar sentido alguno, hay veces que importa más el motivo que la acción, algo que se ha perdido hoy en día.