Decisiones

Mil ideas, mil viajes, mil historias que contar. Todas diferentes, todas con un final por decidir. Encontrar un camino es fácil, sí, pero ello implica renunciar a todo lo demás. Hay vías que se abren y cierran, que esconden caminos prohibidos, caminos con oscuros secretos, que llevan a un lugar feliz o quizá a una muerte segura. Nadie sabe decidir cual es el siguiente paso que ha de darse en este campo de minas y, sin embargo, hay fuerzas que nos empujan al suicidio. Saltando de azotea en azotea cualquier error puede acabar con todo. Ahí estoy yo, saltando al vacío.

Sangre, mucha sangre y un corazón yaciendo en el suelo. Abandonado, malherido y triste espera su muerte. Quizá nunca debió tomar el control, caprichoso siempre creyó poder con todo, ignorando que es más fácil perder que ganar. Ahora, desangrado, sólo puede pedir ayuda a su rival.

Fría y calculadora, la razón se abre paso hasta un moribundo corazón para recoger el legado de aquello que nunca se le debió ser arrebatado. Motivado por millones de sentimientos el corazón pensó que era capaz de decidir, de llegar a ser feliz. Y dijo millones de cosas bonitas, y fue feliz porque creyó estar enamorado. Pero no era verdad. Ciego de ilusión y optimismo se lanzó al abismo explotando en mil pedazos contra el suelo.

Sólo y en un rincón un corazón muere lentamente. A su lado, la razón soluciona drásticamente el problema. ¿No es acaso la mejor solución para acabar con el dolor, matar al corazón que lo provoca?

Así pues, el corazón expira sonriente y una última lágrima simboliza el inicio de una nueva era.

No hay comentarios: