Infierno personalizado

Hoy he bajado al infierno. En sus calles se respiraba el azufre de los condenados a arder eternamente. Ríos de sangre bañan su acera, cubierta por la más absoluta oscuridad ya que en el infierno no tienen cielo, ni sol ni luna, la única iluminación proviene de las hogueras de cadáveres mutilados. El sádico escenario se va tornando aún más macabro al contemplar que, en una gran pantalla plana colgada del único edificio que parecía poder mantenerse en pie, se emitía una y otra vez Aquí Hay Tomate, las veinticuatro horas del día, todos los días al año hasta el fin e los tiempos. No podía seguir mirando, Jorge Javier Vázquez hablaría toda la eternidad sobre Julián Muñoz e Isabel Pantoja. Cerré los ojos y grité.

Desperté en la oscuridad de mi cama. A mi lado y de pie, una joven me miraba fijamente. Su rostro me resultaba extrañamente familiar. Se acercó y me susurró al oído:
-¿Es esto lo que quieres?

Aquel extraño ser envejeció hasta que pude ver su calavera, como si de un personaje de Piratas del Caribe se tratara. Dibujó una leve sonrisa mientras se alejaba poco a poco perdiéndose en la oscuridad. Después, la muerte dio media vuelta y abandonó mi habitación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

dios q mal rollo tu infierno noo?no aguantaria toda la eternidad frente a una pantalla d television de aki hay tomate cnstantemente...ohh eso si q es un infierno y lo demas tonterias xD!!
el mio no se como seria..si existiera...=P