Mi vecino Avelino

Mi vecino Avelino es un hombre singular. Siempre ha estado solo, anhelando la posibilidad de alcanzar la pluralidad formando así una familia. Sin embargo, es incapaz de cumplir su mayor deseo a causa de su curiosa manía. ¿Sabéis lo que es un sujeto paciente? Avelino es, en cambio, lo que podría denominarse un sujeto impaciente, de estos que si abren el quiosco tarde prefieren comprar el periódico al día siguiente para ahorrarse el retraso de las noticias. Es también un poco tacaño, aunque lo disimula escondiendo todo el dinero que se guarda bajo el colchón en el que siempre ha dormido solo, abandonado.

Dicen que su impaciencia procede ya del embarazo. Su madre, que en paz descanse, nunca supo que estaba embarazada, pues en aquellos tiempos la prueba de la rana no es que otorgara un alto grado de fiabilidad. Así que la mujer vivió con un complejo de obesidad durante nueve meses en los que nunca se le ocurrió pensar que el pequeño Avelino estaba a punto de conocer el mundo. Se rumorea que el día del parto Doña Faustina, que así se llamaba, estaba estaba tomando un relajante baño que resultó no serlo tanto puesto que a Avelino, tan puntual como siempre, le dio por asomar la cabeza por entre las piernas de su madre. A la pobre mujer le dio tal susto que se le salió el niño de golpe mientras la mujer corría escaleras abajo para contarle a la portera el OSNI, o como ella decía, que acababa de contemplar. Aunque de todos es sabido que los niños recién nacidos son capaces de respirar bajo el agua porque están acostumbrados al líquido de la placenta, me sumo a la idea de que en ese momento Avelino perdió el oxígeno suficiente como para ser un viejo cascarrabias durante todas su vida.

No todas las cualidades de mi vecino son negativas. Avelino es un hombre de ideas, ideas innatas e ideas con patas, de esas que corren y vuelan provocando esa sensación de tener algo en la punta de la lengua cuando en realidad lo único que recuerdas es haber olvidado algo. Y es que Avelino, a pesar de ser alguien muy puntual y distinguido es realmente despistado. Llega a tiempo a todos sitios, sí, pero antes se pierde durante dos horas hasta que llega a su destino y, a pesar de todo, el hombre calcula el tiempo suficiente que debe estar perdido como para llegar al minuto exacto y el segundo no lo sé porque no tengo sincronizado su reloj. Mi madre dice que Avelino siempre ha sido un caso como el patio de mi casa, particular, aunque yo creo que en el fondo es un gran hombre que sabe lo que quiere y, sobre todo, cuándo lo quiere.

Para Crespo y todos aquellos que saben encontrar sentido en lo absurdo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lol q friki soy xD
yo tb se encntrar sentido a lo absurdo...eso no lo has escrito tu jaj!:P

Anónimo dijo...

si, si interesante...me cae bien ese tal avelino